Cocina con sabiduría, extraordinario mimo y creatividad. Con imaginación, pero sin perder de vista la cocina tradicional de una tierra en la que, cocinar y comer, son actos de amistad, de afecto y de disfrute compartido.
Y todo ello en un espacio relajado. Madera, ladrillo y forja. Amable intimidad que envuelve un servicio atento y, sobre todo, profesional. Eficaz y discreto.
Cocina selecta de mercado, basada en los productos más frescos. No en vano, a tres minutos a pie, se encuentra el Mercado Central de Zaragoza al que, cada día, llega lo mejor de la huerta, de la granja y del mar.